Pocas veces, una persona que se desenvuelve en el campo puede ver de cerca lo maravilloso que es un profesional en salud.
Hace unas semanas acompañé al doctor Alejandro Ayón a una gira a San Carlos.
La ocasión era la celebración del Congreso Médico Nacional.
Tras dos días de conocer a algunos de sus colegas que cálida y respetuosamente se acercaban a saludarle y a intercambiar experiencias, salimos rumbo a San José.
Entre la exuberancia de la ruta, en cierto punto, vimos algo que llamó nuestra atención, un espacio donde claramente algo había impactado contra la naturaleza. Dejamos nuestro transporte al lado y el Doctor bajó el cerro y empezó a caminar dentro de la selva. y empezó a caminar dentro de la selva. Ahí, entre la vegetación y el barro dio con un hombre que había sufrido un accidente en su vehículo y había terminado dentro de la montaña. Sin siquiera cuestionárselo, el doctor Ayón empezó a darle atención al hombre: tomó sus signos, y se le pidió un abrigo a uno de los que estaban allí para dárselo y lo estabilizó. Su profesionalismo contagió de seguridad a las personas que se acercaron a la zona y que en un principio, desesperadas, no sabían qué hacer.
Cuando llegó la ambulancia el doctor colaboró con los paramédicos que, hacían su mejor trabajo con una falta evidente de insumos médicos. Durante más de 30 años he gerenciado hospitales y nunca había podido vivir tan de cerca la vocación que, con elementos básicos, salva vidas.
¡Gracias doctor Ayón por compartir su humanismo y profesionalismo con todos nosotros!
– Clifton N. Orme, FACHE, Director General, Hospital CIMA San José
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